31 de mayo de 2014
Al igual que en otras instalaciones de la casa, el aire acondicionado debe ser objeto de una revisión periódica para garantizar su buen funcionamiento y evitar averías.
Los distintos componentes del sistema necesitan un cuidado regular si queremos que la instalación nos dure. Hemos de tener en cuenta que la falta de supervisión provoca una menor eficiencia energética, pérdida de potencia térmica y bloqueos imprevistos de la máquina.
Lo más adecuado es que contratemos un servicio de mantenimiento anual para que el examen más importante la haga siempre un profesional. Puedes consultar la oferta de los servicios técnicos oficiales de Kosner.
De hecho, la última normativa aprobada sobre conservación de instalaciones térmicas indica que hay que hacer revisiones obligatorias cada dos o cuatro años según la potencia instalada.
Pero además, hay algunos apartados que tenemos que revisar nosotros mismos. Vamos a repasar los más importantes:
Limpieza del filtro: la unidad interior del equipo lleva un filtro para mejorar la calidad del aire que es necesario limpiar regularmente, en función del uso.
Si se trata de una instalación que usamos solo en verano, lo normal es limpiarlo o sustituirlo al empezar la temporada y realizar una limpieza mensual durante todo el período de funcionamiento.
Evidentemente, si notamos alguna deficiencia en el equipo (variación de la potencia, ruidos), el filtro es uno de los primeros componentes que tenemos que vigilar.
Limpieza de la batería de la unidad exterior: una de las piezas donde más se acumula la suciedad es en la batería de la unidad exterior. Bien con un cepillo, un aspirador o con aire a presión, tendremos que eliminar toda la suciedad que llega desde la intemperie.
La regularidad con que lo hagamos dependerá de la ubicación del aparato, ya que a veces está ligeramente protegido por un balcón o algún elemento de la edificación y sufre menos. Por otra parte, deberá ser accesible sin peligro. Si no, tendremos que encomendar la limpieza a un profesional.
Nivel de gas refrigerante. Más allá de las posibles fugas, el equipo pierde gas a lo largo del tiempo. La revisión de este aspecto requiere instrumental técnico, tanto para la medición como para la manipulación del aparato.
Por eso, esta comprobación debe formar parte de las tareas del servicio de mantenimiento que tengamos con profesionales.
Protección en tiempo de parada. Si solo usamos el equipo para refrigeración, y no como bomba de calor, y van a pasar varios meses antes de volver a utilizarlo, es recomendable hacer una limpieza general de los aparatos.
Y en el caso de la unidad exterior, si es posible, cubrirla para que se mitiguen los efectos del mal tiempo.
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