27 de mayo de 2025
En un contexto donde la eficiencia energética y el respeto al medio ambiente son cada vez más prioritarios, la aerotermia se ha consolidado como una de las tecnologías más eficientes y sostenibles para la climatización de espacios y la generación de agua caliente de forma limpia y responsable.
Mediante el aprovechamiento de la energía contenida en el aire exterior, los sistemas aerotérmicos logran un elevado rendimiento energético con un reducido impacto ambiental.
Sin embargo, existe un aspecto fundamental que frecuentemente se pasa por alto la calidad del aire que respiramos.
Este factor no solo repercute directamente en nuestra salud, afectando al sistema respiratorio, cardiovascular e inmunológico, sino que también influye en el rendimiento de tecnologías limpias como la aerotermia.
Cuando los niveles de contaminación atmosférica son elevados, el aire exterior puede contener partículas y sustancias nocivas que afectan al funcionamiento de los equipos aerotérmicos. Esto puede traducirse en una menor eficiencia del sistema, un incremento del consumo energético e incluso una disminución de su vida útil.
Uno de los componentes que forman un sistema aerotérmico es la bomba de calor aire-agua, que capta y transfiere la energía térmica del ambiente exterior al interior mediante un ciclo termodinámico. El aire exterior no solo desempeña el papel de medio de transmisión térmica, sino que se convierte en el “combustible” indispensable que alimenta el sistema.
En consecuencia, su calidad es un factor determinante: la presencia de contaminantes como polvo, polen, hollín o compuestos químicos agresivos puede poner en riesgo el rendimiento, incrementar el consumo energético y acelerar el desgaste de los componentes.
La presencia de contaminantes en el aire exterior puede afectar negativamente al funcionamiento de los sistemas de aerotermia, reduciendo su eficiencia operativa y acelerando el desgaste de sus componentes. Entre los efectos más relevantes se encuentran:
Más allá de la contaminación del aire, hay factores ambientales adicionales que pueden condicionar su funcionamiento, tales como:
A pesar de estos desafíos, la aerotermia sigue siendo una opción más limpia y eficiente que otros sistemas de climatización basados en fuentes de energía convencionales, incluso en entornos con un alto grado de contaminación. Su capacidad para aprovechar la energía renovable del aire, su bajo mantenimiento y su versatilidad la convierten en una solución de presente y futuro. Con un diseño adecuado y un mantenimiento preventivo, puede mantener un rendimiento excelente incluso en contextos ambientales adversos.
El sistema más eficiente para calentar o climatizar espacios que utiliza el aire como fuente de energía.
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