26 de enero de 2015
La unidad exterior es una de las partes del equipo de aire acondicionado que más sufre la influencia de las condiciones ambientales. Sin embargo, a la hora de realizar el mantenimiento, nos preocupamos más de las unidades interiores.
Un correcto funcionamiento de la unidad exterior evita suciedad y obstrucciones en los conductos, y afecta al rendimiento de los dispositivos interiores. Por eso, al igual que nos ocupamos de limpiar los filtros y salidas de aire dentro de la casa, tenemos que revisar periódicamente los componentes externos de la instalación.
Es cierto que estos dispositivos ya vienen preparados para «sobrevivir» al efecto de la meteorología. Las partes más delicadas están protegidas de las inclemencias del tiempo y las piezas han sido diseñadas para resistir. Aun así, como todas las máquinas, requieren un mantenimiento de como mínimo una vez al año.
Puede ocurrir que estén instaladas en una ubicación poco accesible. De ser así, te recomendamos que contactes con un técnico para realizar el mantenimiento. Y si puedes llegar a la unidad sin hacer acrobacias, tú mismo puedes ocuparte de lo básico, una limpieza de aire acondicionado. Te damos algunos consejos para realizarla.
Como siempre, al tratarse de un equipo eléctrico, lo primero que debes hacer es asegurarte de que está apagado. Y si es posible, desconecta la red general o la fase correspondiente. Para la limpieza, puedes servirte de un aspirador o de un cepillo suave que usarás con cuidado. Además, más allá de retirar el polvo o las impurezas, puedes usar un trapo con un producto de limpieza no abrasivo para eliminar la suciedad acumulada.
La aspiradora es práctica para limpiar las aletas de entrada del aire. Esa tarea la repasas después con el cepillo. En ocasiones, las aletas están protegidas por una carcasa que habrás de retirar para hacer un mantenimiento más efectivo.
A continuación, tendrás que soltar la rejilla de protección del ventilador para poder limpiarlo. Ten cuidado de no arrancar las conexiones eléctricas. Igualmente, utiliza primero el aspirador para quitar residuos como hierbas u otros restos que han llegado a través del aire. Y después, limpia cuidadosamente las palas con un trapo húmedo.
En ese momento, es conveniente lubricar el ventilador con aceite para motores eléctricos. Pero si las vías de lubricación no son accesibles o no sabes cómo hacerlo, deja la tarea para la próxima revisión del técnico.
Tras la limpieza, vuelve a montar la rejilla y la carcasa, en su caso. Es aconsejable que dejes pasar un día antes de poner en marcha el aparato. Eso sí, después de 24 prueba a que funcione correctamente. Y si estás en temporada de invierno y no haces uso de la función de bomba de calor, resulta muy oportuno cubrir la unidad exterior con alguna funda de protección. En el mercado existen cubiertas especiales para estos dispositivos.
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